OPT LA SALVACIÓN DE MEXICO
Por Miguel González Ibarra
sábado 16 de noviembre de 2013 | 11:05
Por la vía del sufragio
también se gana el poder político como se está demostrando en América
Latina. Por la vía del sufragio, consecuentemente, se resuelven
problemas nacionales, pero, igual, asuntos sociales
En buena hora que un importante sector del proletariado mexicano decidió constituir un agrupamiento que dispute el poder político en nuestro querido país. Tal destacamento se denomina Organización Política del Pueblo y los Trabajadores (OPT).
De
este modo, la organización, contaría con todos los derechos de
participar en la batalla histórica por el poder de la república. Tal
cosa, en términos simples, sería muy benéfico para el país. Aunque,
desde una óptica profunda, esa sería, como será, la salvación de México.
Y aquí, vamos todos. Hasta los adversarios y enemigos del pueblo, serán
salvados.
En buena hora que un importante sector del proletariado mexicano decidió constituir un agrupamiento que dispute el poder político en nuestro querido país. Tal destacamento se denomina Organización Política del Pueblo y los Trabajadores (OPT).
Para
ser rigurosamente justos, la autoridad electoral, en automático,
debería reconocerle sus derechos y entregarle ya su carta de registro.
Una
de las corrientes del pensamiento nacional que está en el proyecto,
actúa en la vida de México, desde 1914; le faltan 365 días para cumplir
cien años, un siglo de vida; y, siempre, desde entonces generosamente ha
estado aportando, construyendo, formando, haciendo país y edificando patria.
Esta
expresión, es el glorioso Sindicato Mexicano de Electricistas (SME),
cuyos participantes del proyecto político, lo hacen de forma individual,
aun cuando no se les puede desprender de su organización laboral de
origen.
Tal hecho bastaría para que el Instituto Federal Electoral otorgara a OPT, de inmediato, su reconocimiento legal.
Por
la vía del sufragio también se gana el poder político como se está
demostrando en América Latina. Por la vía del sufragio,
consecuentemente, se resuelven problemas nacionales, pero, igual,
asuntos sociales.
El
conflicto de Luz y Fuerza y el Sindicato Mexicano de Electricistas es
político, tiene su origen en el carácter del Estado mexicano por lo que
éste representa. A esto se agrega el atropello, por parte del gobierno,
al magisterio y a la escuela pública; la entrega de territorio al abrir
el candado constitucional para vender playas, costas y fronteras; y, la
cereza del pastel, el petróleo, madre de todas las batallas para los
mexicanos; por citar sólo algunos elementos.
El
problema, redundando, es de orden político. Es sano repetir: el poder
político se disputa y gana también por la vía del sufragio. Las
elecciones, como cualquier otro método, incluyendo la violencia
revolucionaria, es una forma de la lucha de masas. Sin las masas, nada
se gana, por cualesquiera de las vías.
A
la demanda de empleo y mejor salario, como demandas sociales, por citar
sólo éstas, los trabajadores mexicanos tienen que entrelazar la
cuestión del poder político. Ese momento ha llegado. Nunca hubo una hora
tan propicia para amalgamar lo social y lo político, como ahora.
Así
pues, las expresiones que concibieron el proyecto OPT, han acertado,
están interpretando correctamente la realidad concreta del país, sin
apartarse, por supuesto, de los sucesos continentales y mundiales.
El
SME, siendo el corazón del pueblo mexicano, y las demás fuerzas
promotoras de este partido nacional, cuentan con el apoyo y solidaridad
de la ciudadanía de la nación, para concretar el propósito. Las reglas
impuestas por la ley neoliberal ---no por el principio constitucional
que viene desde 1857 y ratificado por el Constituyente de Querétaro en
1917--- la OPT las salvará. No hay duda de ello. Resolvió la primera
asamblea, en el Estado de México. En lo que resta del presente
noviembre, están programadas nueve más, para, así, llegar al cincuenta
por ciento de las que pide la mañosa, truculenta, antidemocrática y
anticonstitucional reglamentación.
La
Organización Política del Pueblo y los Trabajadores (OPT) es un
proyecto inédito. Necesario. Urgente. Diríamos: de salvación nacional.
Es
el instrumento de los trabajadores mexicanos, que urgía, que con
ansiedad se esperaba. El modelo actual lo que hace es destruir la
naturaleza y allí vamos los pueblos y el ser humano, hablando en
términos de toda la especie humana. Esto lo dice todo. Tenemos que
cambiar, que transformar, radicalmente, a la voz de ya, no para mañana,
sino para hoy, siendo exagerados, dada la gravedad de la situación
nacional, para ayer. Brochazos, no. Maquillajes, tampoco. Pinceladas, no
resuelven nada. México ocupa un cambio radical y profundo. Eso sólo lo
pueden hacer los trabajadores, que son los creadores de la riqueza.
Los
trabajadores mexicanos tienen que construir la patria de los
trabajadores. La patria de los trabajadores es lo único que podrá
garantizar una vida a plenitud como trabajadores, como humanos. La
patria de los trabajadores se construye a través de la guía del
instrumento político de los trabajadores. Esto, ni más ni menos, es la
Organización Política del Pueblo y los Trabajadores (OPT),
definitivamente, la salvación de México.
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