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viernes, 21 de agosto de 2015

Los socios del SME

CREDITO: 
Alberto Aguirre M.
Desde su paso por la Plaza de Armas, en Toluca, Enrique Peña Nieto recibió el respaldo de los afiliados al Sindicato Mexicano de Electricistas. Esa organización gremial, proscrito por un decreto panista, contaba con los recursos para resistir el resto del sexenio calderonista. Y a la hora de apostar o por el obradorismo o el proyecto político mexiquense, Martín Esparza optó por alejarse del movimiento progresista y de Marcelo Ebrard, quien nunca pudo cumplir con su promesa de contratar a los obreros de la extinta Luz y Fuerza del Centro.
Esparza no se equivocó, a pesar de que el alud de reformas estructurales de los primeros meses del sexenio peñista acongojaron al sindicalismo independiente. Las demandas del SME fueron atendidas en las mesas conciliadoras del Palacio de Covián, no en las oficinas del secretario Navarrete Prida.

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