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jueves, 30 de noviembre de 2017

Encuentro con MariChuy en Ciudad Universitaria 28.11.2017

Encuentro con MariChuy
en Ciudad Universitaria 
 28. 11.  2017
 



  

ANUEE REGIONALES ORIENTE Y CENTRO DE CDMX, MITIN AFUERA DE CFE

ANUEE
REGIONALES ORIENTE Y CENTRO DE CDMX
MITIN AFUERA DE CFE
 
 
Dando continuidad a la lucha de la Asamblea Nacional de Usuarios de la Energía Eléctrica, este miércoles se realizó por parte de las regionales oriente y centro de la CDMX un mitin afuera de las instalaciones de CFE, en Insurgentes y Reforma. No más abusos de CFE!! No a las altas tarifas de luz!! Cumplimiento a los acuerdos del gobierno!! Borrón y cuenta nueva!! Tarifa social y justa!!
 
 
 
 
 


lunes, 27 de noviembre de 2017

PLAN DE ACCIÓN


CONTRALÍNEA. A 107 años de la Revolución, sólo quedan los desfiles, Martín Esparza Flores





A 107 años de la Revolución, sólo quedan los desfiles

A 107 años de iniciar el movimiento armado registrado en nuestra historia como la Revolución Mexicana, las nuevas generaciones le rinden honores con desfiles alegóricos por las plazas públicas del país pero en su gran mayoría ignoran cuáles fueron los orígenes que desencadenaron una lucha que costó 1 millón de vidas para que las clases obrera y campesina vieran reflejados en la Constitución de 1917 sus reclamos de justicia y su anhelo a una vida más digna.
Francisco VillaSuena patético pero lo cierto es que no hay nada que festejar y parece que la sangre derramada hace más de 1 siglo por todo el territorio nacional fue un sacrificio en vano porque las reformas estructurales hicieron retroceder al siglo pasado las condiciones de pobreza y marginación de millones de mexicanos que ahora subsisten con magros salarios y con una marcada injusticia laboral.
Artículos como el 27 y el 123 constitucionales tuvieron en las condiciones de semiesclavitud que prevalecieron durante el régimen porfirista a los detonantes que llevaron al pueblo a abrazar las armas; a principios del siglo XX, los sindicatos estaban prohibidos y los obreros mexicanos eran mal pagados, obligados a trabajar jornadas de hasta 16 horas sin ningún servicio médico o indemnización en caso de accidentes.
Los movimientos de huelga y protesta que se llegaron a dar –como los enarbolados por los mineros de Cananea, Sonora, y los obreros textiles en Río Blanco, Veracruz– terminaron en verdaderas masacres, autorizadas por un régimen totalitario y protector de los intereses de las empresas extranjeras.
Los campesinos, entonces la población mayoritaria, sobrevivían bajo el yugo de los caciques regionales, las más de las veces representados por los gobernadores de los estados nombrados por compadrazgo o amistad con el dictador Porfirio Díaz. Los llamados peones acasillados eran prácticamente esclavos de sus patrones, imposibilitados de salir de los dominios de las haciendas por las deudas contraídas de generación en generación en las tiendas de raya.
Los indígenas no escaparon a la brutal explotación laboral del porfiriato y un ejemplo de ello fueron los yaquis, comprados como esclavos por los dueños de las fincas henequeneras de Yucatán o de las plantaciones de tabaco, en Valle Nacional, para morir de cansancio y hambre ante la ausencia de leyes y autoridades que les defendieran.
Gran parte del contenido social plasmado en la Constitución de 1917 no fue, por ello, una graciosa concesión sino la única forma de recomponer a un país lacerado por la brutal desigualdad social. Si bien surgieron tras la contienda caudillos que intentaron perpetuarse en el poder, como fue el caso de Plutarco Elías Calles, con leyes que dotaban de tierra a los campesinos y conquistas como el derecho a huelga, a una jornada de 8 horas y a una seguridad social a los obreros, presidentes como Lázaro Cárdenas pudieron cristalizar en la realidad el contenido de los Artículos 27 y 123 de nuestra Carta Magna. Estableciendo de paso una educación de corte socialista, que buscó acabar con uno de los peores males al que se enfrentaba México: el analfabetismo.
Ahora debemos preguntarnos si vale la pena conmemorar un suceso histórico al que los tecnócratas en el poder insisten en calificar de “mitos históricos” –como sucede con la Expropiación Petrolera–, desvalorizando al millón de mexicanos que murieron por hacer de México una nación más justa e independiente.
Siendo realistas podemos afirmar que la Revolución ha muerto y la contrarrevolución ha triunfado, ayudada esta última por neoliberales y legisladores apátridas que echaron por la borda el sacrificio de los mexicanos que encendieron la chispa revolucionaria en 1910. La nación entera fue literalmente apuñalada por la espalda con la daga de las reformas estructurales.

Las “reformas”

La reforma laboral hizo añicos lo logrado por el constituyentes de 1917 para que los trabajadores tuvieran estabilidad en el empleo, para garantizarles el acceso a la seguridad social, a una vivienda y una pensión dignas. Ahora, la legalización del outsourcing y los contratos de prueba anulan a las nuevas generaciones el acceso a tales beneficios. La entrega a los banqueros para el manejo de sus ahorros hace peligrar una vejez decorosa para millones de mexicanos.
La reforma energética despojó a la nación de sus riquezas del subsuelo bajo el engaño de la necesidad de asociar a Petróleos Mexicanos con empresas privadas, nacionales y extranjeras, para la explotación de nuestros hidrocarburos. Ahora brotan nuevos y abundantes yacimientos que llenaran los bolsillos de dólares a empresas extranjeras asociadas o representadas por amigos y compadres de políticos que como en el porfiriato se disponen a devastar a México a costa del hambre y la miseria de las mayorías.
La reforma educativa busca minar la estabilidad laboral de miles de profesores de zonas rurales al imponerles evaluaciones arbitrarias que buscan además anular su antigüedad y, con ello, su derecho a una jubilación honrosa. Tal pareciera que para la tecnocracia neoliberal es vital mantener en la ignorancia a los grupos indígenas y pobladores que viven en los rincones apartados del país, para despojarlos de sus riquezas naturales contenidas en sus ancestrales territorios. El ataque sistemático en contra de las normales rurales es una prueba de la intención por dejar sin maestros a miles de mexicanos que luchan todavía contra el analfabetismo.
Ahora entre los efectos colaterales de las reformas está en marcha el plan de privatización para despojar del acceso a la salud a millones de personas que no tienen acceso al Seguro Social o al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado por carecer de un empleo estable. La marginación aumenta cada año y es inconcebible que en un país con tantos recursos y riquezas naturales uno de cada dos de sus habitantes sea pobre mientras por el sólo pago de los servicios de su deuda pública para cumplir con los compromisos adquiridos con los organismos financieros internacionales se desembolsen 500 mil millones de pesos anuales, en promedio.
Nada hay que festejar de nuestra revolución y sí mucho que repensar. Naciones devastadas por guerras mundiales o conflictos bélicos a su interior, se levantaron de sus cenizas y salieron adelante; antítesis de lo que ocurre en nuestro país donde la tecnocracia neoliberal no sólo olvidó las lecciones del pasado sino retornó al modelo de despojo y explotación de hace un siglo cuando las empresas extranjeras hacían y deshacían a su antojo por todo el país.
Habrá que recordarles que un pueblo sumido en el hartazgo y la desesperación es capaz de levantarse nuevamente en armas o, en otras palabras, en un gran movimiento social como el encabezado hace 1 siglo por figuras como las de Francisco Villa y Emiliano Zapata. Todo es cuestión de encauzar sus demandas y lograr su unidad de lucha.
 
Martín Esparza Flores*
 
*Secretario general del Sindicato Mexicano de Electricistas


SME Ceremonia de colocación de la primera piedra en J Luque 22nov17

SME Ceremonia de colocación de la primera piedra en J Luque
 22 nov 17         
 
22 de noviembre del 2017 día histórico para el Sindicato Mexicano de Electricistas y de la Cooperativa L F del Centro da inicio una etapa en nuestra historia. 




 





 

SME Historia de la termoelétrica J Luque en Lechería nov17

SME Historia de la termoeléctrica J Luque
 en Lechería nov17         
 
 
 
 
 
 
 
 

domingo, 19 de noviembre de 2017

Programa Frecuencia Laboral Sábado 18 noviembre 2017

Programa Frecuencia Laboral
Sábado 18 noviembre 2017
 
 
 
 

CONTRALÍNEA Presupuestos castigados por la Reforma Energética Martín Esparza




Presupuestos castigados por la Reforma Energética

 
 
El colapso inducido que asoma en al menos cuatro de las seis refinerías en el país anuncia el principio del fin para Petróleos Mexicanos (Pemex). De enero a julio de este año la producción de gasolinas y diésel presentó una caída del 26.7 por ciento, con una disminución de 334 mil barriles diarios. Desde 2016, en que por segundo año consecutivo se recortó el gasto, el director de esa Empresa Productiva del Estado, Antonio González Anaya, aceptó no contemplar un “plan de capitalización” para las agotadas plantas.
 
gasolinera
 
Excusando la caída de los precios internacionales del petróleo y la entrada en vigor de la Reforma Energética, las autoridades dejaron naufragar a la entidad pública que por varias décadas aportó, en promedio, el 38 por ciento de los ingresos del país. Los recortes iniciados en 2015 dieron la puntilla a la empresa que en términos de ingresos era una de las más importantes del mundo, ubicada en el sitio 13, con ganancias del orden de los 120 mil  millones de dólares anuales, solamente por debajo de trasnacionales como Exxon Mobil, Wal Mart, Chevron, General Motors, Petrobras o AT&T, por mencionar  algunas.
Un ejemplo de que Pemex era altamente rentable se dio en 2011, cuando registró sus mayores ingresos en el momento que los precios internacionales de los hidrocarburos rondaban los 100 dólares por barril. La todavía paraestatal captó recursos por 124 mil 180 millones de dólares, representando  un aumento del 14 por ciento en relación a los 107 mil 290 millones de dólares recabados en 2010.
En el pasado sexenio de Felipe Calderón, Pemex contabilizó ingresos por 539 mil 300 millones de dólares. Abundancia de recursos que fueron dilapidados, en buena parte, en su fallida guerra contra el narcotráfico y asignados de manera irresponsable por el Congreso de la Unión a engordar los altos cargos burocráticos, pero no a reactivar la economía en su conjunto y menos a  generar el millón de puestos de trabajo prometidos por el mal llamado “Presidente del Empleo”.
Con el objetivo de desarticular al sector energético desde la década pasada, a Pemex nunca se le liberó de la carga impositiva que a la larga anuló inversiones en áreas como la refinación. En su momento, se dijo hasta el cansancio que la petrolera mexicana era la única empresa de su género en el mundo que destinaba el 69.43 por ciento de sus ganancias al pago de impuestos. La norteamericana Exxon tiene una carga impositiva del 31.05 por ciento, mientras que la holandesa Shell paga en su país impuestos por 23.45 y la brasileña Petrobras apenas el 3.56 por ciento.
A pesar de haber aportado por varias décadas poco más de un tercio de los recursos públicos, al iniciar la debacle en los precios internacionales del petróleo y la apertura del sector energético, los tecnócratas neoliberales no tuvieron consideraciones con Pemex y la incluyeron entre las entidades afectadas por la tijera de los recortes.
Enrique PenaNieto,
 
En febrero de 2015, y tras el anuncio de una disminución en el presupuesto de 62 mil millones de pesos, los directivos de la empresa anunciaron que diferían “la reconfiguración de las refinerías”; no obstante que la producción anual iba a la baja.
Este franco retroceso en la refinación muestra en el actual sexenio la caída en la producción de combustibles: en 2012, las seis refinerías del país todavía producían un millón 252 mil barriles diarios, y de hecho este nivel se incrementó en 2013  a 1 millón 313 mil barriles diarios; en 2014 se mantuvo en 1 millón 254 mil barriles al día, pero en 2015 inició la debacle al bajar a 1 millón 121 mil barriles; en 2016 a 1 millón 78 mil y en 2017 a un estimado que no superará los 900 mil.
De hecho, lo antiguo de nuestras refinerías, aunado a la ausencia de reconfiguraciones, les ha impedido producir a un ciento por ciento de su capacidad; la de Ciudad Madero, Tamaulipas, se construyó en 1914; las de Minatitlán y Salamanca en 1950, y las de Cadereyta, Tula y Salinas Cruz entre los años 1977 y 1979.  Cuando en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari se fragmentó a Pemex en cuatro subsidiarias, la refinación pasó a un segundo plano, que al día de hoy nos tiene importando la mitad de las gasolinas que consumimos. En 2015 el 53.8 por ciento de los combustibles que se requieren en México fueron importados.
Lo que está por venir, de acuerdo con los lineamientos de la Reforma Energética, no es nada alentador; la Secretaría de Energía (Sener) establece en uno de su estudios a futuro, que la demanda nacional de gasolinas va a crecer de 771 millones de barriles en 2016 a 1 mil 147 millones de barriles en 2029. Si nos basamos a lo proyectado en la citada reforma, nuestro país estará importando en los próximos 15 años la totalidad de los combustibles que requiere para mover su economía.
La dependencia reconoce que las refinerías no funcionan a su capacidad “por la falta de mantenimiento y recortes presupuestales”. En la escasez de recursos las autoridades han encontrado la justificación para parar a refinerías como Cadereyta, Salina Cruz, Minatitlán y Ciudad Madero, amén del argumento de los daños ocasionados por los fenómenos naturales como sismos o huracanes.
Empero, al revisar el número de permisos de importación otorgados por la Sener para  diversos combustibles, es fácil deducir que la aniquilación de las refinerías no tiene vuelta de hoja: hasta el 30 de octubre pasado la entidad pública otorgó 233 permisos para importar gasolinas, 341 para traer diésel, 117 para gas LP y 75 permisos para la importación de turbosina.
Cabe recordar que la Reforma Energética autoriza que toda la cadena de valor de la industria petrolera, integrada por refinación, transporte, almacenamiento, comercialización, distribución y expendio público, pueda ser operada por capital privado, nacional o extranjero.
Se prometió a los mexicanos que la reforma traería aparejados un sinfín de beneficios, como el abaratamiento de luz, gas, gasolina y diésel, pero hasta hoy el panorama es totalmente distinto y no se vislumbra que vaya a cambiar en beneficio de las mayorías. Un dato ilustra que lo peor está por venir: en 2015 nuestro país debió importar 571 mil 600 barriles diarios para atender su consumo interno a un costo de 12 mil 500 millones de dólares.
El paquete económico 2018 que se discute en la Cámara de Diputados contempla un presupuesto de 5 billones 236 mil 400 millones de pesos, con un incremento de 113 mil millones extras con respecto a 2017; por supuesto, los legisladores de todos los partidos se han cuidado de no ver afectados sus intereses en el año electoral por venir, evitando sacrificar recursos para sus campañas políticas y un jugoso retiro al concluir la LXIII Legislatura. Se oculta a la población que  los recursos que antes aportaba Pemex a las finanzas públicas, ahora se suplen con mayor deuda pública, que en el sexenio ha crecido anualmente a razón de 1 billón de pesos, llegando este año a la cifra record de 10 billones.
Este irresponsable endeudamiento es reflejo de la falta que Pemex le hace al país con sus abundantes recursos que ahora pasarán a manos de capital nacional y extranjero. Negocio redondo que la tecnocracia neoliberal ha puesto en manos de unos cuantos en perjuicio de las mayorías.
Martín Esparza Flores

domingo, 12 de noviembre de 2017

RECUPERACIÓN DEL PREDIO DE XOCHINAHUAC



XOCHINAHUAC.
 
 
Durante años han tratado de detener nuestra marcha. Una y otra vez les ha sido imposible. Antes recurrieron a la criminalización de nuestra lucha, a la represión y el encarcelamiento de nuestros compañeros, a la caricatura de poder judicial que sepultó cada uno de nuestros derechos humanos y laborales; ahora al incumplimiento de los acuerdos, a las demandas penales de la CFE, a la verborrea dañera de la desesperanza, al eslogan oficial de la derrota que nunca pudieron imponernos.
En este sitio, nuestro coraje y nuestra esperanza apenas caben en los 60 mil metros cuadrados que conectan en un solo impulso todas nuestras emociones. Estamos en Xochinahuac, territorio recuperado SME.
Aquí están los recuerdos, aquí están juntas la incertidumbre y la promesa, aquí está la resistencia acompañada de sus hijos recorriendo de un extremo a otro la extensión de sus logros. Techos de lámina y muros de concreto que escuchan por segunda vez voces conocidas.
Mírense a los ojos los unos a los otros, que aquí está la resistencia. Los presentes y ausentes que no se rindieron. Los que van de nuevo a otra batalla más.
Nunca lograron arrancarnos de raíz, por eso es que ahora retoñamos, óigase bien y sepan los neoliberales que nunca podrán contarnos entre los muertos de sus infamias.

¡¡ VIVA EL SINDICATO MEXICANO DE ELECTRICISTAS!!
José Humberto Montes de Oca Luna.
Secretario del Exterior.
CDMX a 10 de Noviembre de 2017.











En el regreso a los centros de trabajo que anteriormente eran de Luz y Fuerza y estaban operados por los trabajadores del SME, que en el 2009 fuimos despojados de manera ilegal por Felipe Calderón. Hoy damos fe de un predio más recuperado con la lucha del SME; se trata de Xochinahuac y el departamento de Conexiones Instaladores sigue teniendo presencia en estos hechos históricos.
                                                        
                                                                                 Gerardo Sandoval Montoya
                                                                                   Conexiones Instaladores                                      
                                                                           Representante Propietario Principal


 
 


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ORBE. LA CRISIS ESTRUCTURAL DEL CAPITALISMO PONE EN GRAVE RIESGO A LA CIVILIZACIÓN HUMANA





 
 
Sin salidas de emergencia para evadir el tema del  capítulo  laboral que exigen poner sobre la mesa de renegociación los socios comerciales del TLCAN, la comisión de nuestro país sigue negando lo rotundamente cierto: en México los trabajadores devengan uno de los peores salarios del mundo, motivo por el cual millones de mexicanos vieron pulverizarse, desde hace tres décadas, su poder adquisitivo, cayendo al rango de la marginación, muy alejados de los estándares de vida de obreros y agricultores de Canadá y Estados Unidos.
En uno de los escenarios más aberrantes e inauditos, funcionarios, dirigentes empresariales y líderes del decadente corporativismo, evaden abordar un asunto que no puede ser ocultado bajo la alfombra, pues a la vista del mundo entero se asoma el innegable fracaso del modelo económico neoliberal que ha conducido a  nuestro país a la categoría de un “paraíso laboral” o un “dumping humano”.
A 23 años de la entrada en vigor del acuerdo comercial, la tecnocracia se empecina en no escuchar las voces de quienes por generaciones han visto cancelados su futuro y proyecto de vida; 5 millones de trabajadores del campo fueron expulsados a Estados Unidos por la quiebra del agro y millones más han heredado a sus hijos y nietos una vida de carencias y miserias por la tesis de la contención salarial empleada desde el sexenio de Miguel de la Madrid para pretextar el combate a la inflación.
Todo este capital humano echado al vacío no cuenta para los negociadores que están dispuestos a entregar el futuro de las generaciones venideras a cambio de que el gobierno norteamericano de Trump les otorgue su aval para ganar en las elecciones del próximo año y continuar en el poder con su modelo de desmantelamiento nacional, a través de las reformas estructurales.
Organizaciones sociales y campesinas, catedráticos y sindicatos independientes han exigido al gobierno escuchar sus puntos de vista para rectificar los fracasos, pero como en el pasado ha sido un diálogo de sordos que ahora se ha hecho extensivo a los representantes comerciales de los países socios, lo que ha motivado diplomáticas y firmes reconvenciones, colocando  en penosas e incómodas evidencias a funcionarios del más alto nivel que se han salido por la tangente ante la imposibilidad de explicar cómo es que México siendo un país de aparente desarrollo económico tiene una posición  interna contraria al desarrollo social.
No solo Donald Trump y el primer ministro canadiense Justin Trudeau han resaltado el tema de los bajos sueldos en México; líderes como Jerry Dias, representante de la organización gremial más importante de Canadá, han  cuestionado sin ambages a los gobiernos mexicanos por la contención de los aumentos salariales, asunto toral en las negociaciones.
Las palabras del dirigente seguramente causaron escozor en la clase política mexicana cuando señaló al diario El País sobre la posición gubernamental en materia de salarios: “De alguna manera tiene que mantener a sus ciudadanos en la pobreza para generar empleos. Es un sinsentido y es indignante. No entiendo el argumento de que tenga que oprimir a sus ciudadanos para estar mejor”.
Permanecer en el TLCAN le ha generado a México una clase trabajadora empobrecida que ha beneficiado únicamente a empresarios extranjeros y nacionales por la vía de los ahorros obtenidos en el pago de exiguos salarios.
Ante la falta de argumentos para defender un acuerdo que en nada ha beneficiado a las mayorías, los negociadores mexicanos no tienen otra opción que tratar de ignorar el problema. En todos estos años nuestro país no ha logrado consolidar una economía realmente competitiva con sus socios comerciales, conformándose con migajas y hasta la cesión de su soberanía alimentaria.
De nada ha valido a los negociadores adoptar una posición de franca docilidad  ante el gobierno de Trump; la comisión norteamericana ha terminado por aprovechar tal situación para imponer sus propias condiciones con la idea de  una renegociación periódica cada cuatro años y la obligación de nuestro país a aumentar sus importaciones de bienes y servicios con Estados Unidos y la eliminación del capítulo 19 para violar el acuerdo de manera unilateral cuando así convenga a los intereses del país vecino.
Bajo cualquier ángulo, México lleva todas las de perder con la aparente “modernización” del tratado. Preocupante además que en el Congreso la partidocracia esté más preocupada por defender los recursos para sus campañas electorales del próximo año que en exigir a las autoridades una posición más firmes en la defensa de los intereses nacionales en la mesa de las negociaciones del TLCAN.
Los diversos sectores de la economía, afectados por los saldos negativos del tratado, deben unirse con los trabajadores y los campesinos para emplazar a las autoridades a que el acuerdo comercial no se firme sino hasta después de las elecciones del próximo año.
No puede cancelarse en definitiva la posibilidad de acceder a un nuevo modelo de desarrollo económico que incluya el fortalecimiento de los sectores agropecuario e industrial para crear condiciones que mejoren los salarios y fortalezcan el mercado interno como una vía para resolver la pobreza y la desigualdad que se han arraigado por más de tres décadas en México.
Los mexicanos deben preguntar a nuestros gobernantes: ¿De qué nos sirve un acuerdo que sólo ha generado pobreza y estancamiento económico? Los beneficios directos y tangibles se reflejan en el interés, por ejemplo, de las armadoras estadounidenses para que todo siga igual; es decir, que el “paraíso laboral” de México se mantenga con salarios miserables para obtener ahorros en sus costos de producción por miles de millones de dólares. Y de paso, zanjar el camino a un empresariado nacional empecinado, al igual que los tecnócratas, en mantener la cultura de los magros salarios que ni siquiera son de rango mínimo, sino ínfimo, comparados con los de nuestros socios comerciales.
La dirigencia del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) alardea con plantear a las autoridades, vía la inservible Comisión Nacional de Salarios Mínimos, un aumento a los salarios de 15.20 pesos diarios, para que el mínimo pase de 80.04 a 95.24, como si con ello se resarciera el poder adquisitivo menguado en décadas. De acuerdo con la benevolencia empresarial y en el marco de la negociación del TLCAN, tal mini incremento permitirá a México ya no tener los peores estipendios entre los miembros de la OCDE. Esto, por supuesto, suena a una broma de muy mal gusto.
En tal sentido, no debe perderse de vista en el cercano contexto político, el papel que muchos de los aspirantes y partidos han jugado en el proceso de la desventajosa renegociación, para que a la hora de lanzarse, como ya es costumbre, a la búsqueda del voto con su demagogia a cuestas, no le salgan a los agraviados electores con sus  reciclados y huecos discursos nacionalistas, porque lo que menos les ha importado en estos años ha sido la defensa de los intereses de la nación y de las mayorías. Deberán aceptar el costo de su irresponsabilidad en las urnas.  Esto, por supuesto, suena a una broma de muy mal gusto.
En tal sentido, no debe perderse de vista en el cercano contexto político, el papel que muchos de los aspirantes y partidos han jugado en el proceso de la desventajosa renegociación, para que a la hora de lanzarse, como ya es costumbre, a la búsqueda del voto con su demagogia a cuestas, no le salgan a los agraviados electores con sus  reciclados y huecos discursos nacionalistas, porque lo que menos les ha importado en estos años ha sido la defensa de los intereses de la nación y de las mayorías. Deberán aceptar el costo de su irresponsabilidad en las urnas.
 
Martín Esparza Flores